"Un legado de fe y esperanza en la resurrección". La Diócesis Nivariense despide a Monseñor Bernardo Álvarez

 

 

Tras conocer la noticia del fallecimiento de monseñor Bernardo Álvarez, el obispo emérito Nivariense, Don Eloy Santiago, Obispo actual manifestó su tristeza por la pérdida e hizo hincapié en la esperanza de la resurrección. “Creo que D. Bernardo deja en nosotros un gran vacío, un gran legado y un gran reto para todos nosotros. Él mismo, en su última entrevista, afirmó que no tenía miedo a la muerte. Es la señal de la esperanza cristiana que confía en la resurrección, que confía en la victoria de Cristo. Asimismo, nos vemos alentados por el testimonio con el que vivió su enfermedad y los últimos momentos de su vida”.

Hoy, Damos gracias a Dios por la vida de D. Bernardo, por todos sus años de ministerio sacerdotal y por las casi dos décadas en las que estuvo al frente de esta diócesis. Asimismo, le pedimos al Señor que lo acoja junto a Él en el reino de los cielos".

También destacó su lado humano.  “A mí me gustaría resaltar, sobre todo, a la persona. Él supo amar a este pueblo y lo sirvió con entrega y con dedicación. A veces, quizás, no tan acertado, pero siempre con ese deseo de servir al pueblo de Dios y trabajar por la evangelización. Sin duda, le caracterizó su lema episcopal; “Me he hecho todo a todos”. Una vida de entrega generosa, de disponibilidad, de ímpetu para llevar adelante la fuerza del Evangelio y el testimonio de la fe”.

 “Todos los cristianos de estas tierras miramos adelante, confiados, sabiendo que también desde el cielo, D. Bernardo nos acompañará como lo ha hecho siempre.”.

 

SEMBLANZA

Bernardo Álvarez Afonso nació el 29 de julio de 1949 en Breña Alta, en La Palma. Fue el tercero de cuatro hermanos. Siempre que le preguntaban por sus padres destacaba lo mismo, la fe. “A mis padres, Celso y Bernarda, les agradezco, sobre todo, que me transmitieran la fe. Mi padre, que murió cuando yo tenía 13 años, era un hombre profundamente creyente y mi madre también, por supuesto. Creo que de mi padre heredé el carácter fuerte y la capacidad de aguante. Y de mi madre, el lado creativo y el gusto por el arte”.

Bernardo Álvarez recibió la ordenación sacerdotal el 16 de julio de 1976, por el obispo Luis Franco Cascón y fue párroco en cuatro destinos diferentes durante 11 años. Asimismo, entre otras responsabilidades de carácter diocesano. Fue vicario general desde mayo de 1999.

Nombrado obispo Nivariense el 29 de junio de 2005 y recibió la ordenación episcopal el 4 de septiembre de ese año en la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna, por aquel entonces sede catedralicia.

El papa Francisco aceptó el 16 de septiembre de 2024 la renuncia que le había presentado al cumplir los 75 años en el mes de julio de 2024.

Han sido unos 15 meses en los que la enfermedad ELA fue avanzando rápidamente. Enfermedad que han padecido sus dos hermanos y otros familiares.