Mes misionero: Experiencia en Ana Gallastegi en Ruanda

29 de junio – 29 de agosto
“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor”.
Lucas 4, 18
Este texto ilumina la experiencia vivida en Ruanda, así como la llamada a sanar, cuidar y proclamar la Buena Nueva de Jesús a los pobres y a los de corazón herido…
He regresado a la fuente de mi primera llamada misionera después de 50 años. Al llegar he visto el gran desarrollo del país: construcciones, carreteras, transportes bien organizados, todo limpio, no se ve ningún escrito en las paredes…la gente vive con serenidad y seguridad.
En Ruanda toda la gente trabaja constantemente; en construcciones de casas, venta, comercio. Todos los niños y jóvenes van al colegio. Las mil colinas verdes con plataneras y árboles de otros tiempos, ahora están iluminadas de noche pareciendo un gran Belén ondulado.
Las comunidades insertas en todos los puntos cardinales, viven con mucha sencillez, muy cercanas a la gente. El testimonio de perdón y de reconciliación entre ellas y con los vecinos es un milagro. Estas comunidades atraen a chicas jóvenes que desean ser hermanas de la Asunción. Su presencia en las comunidades es muy notoria fruto de una buena pastoral vocacional y estilo de vida de las hermanas. ¡Son esperanza de futuro!
Los encuentros con las hermanas en distintas comunidades y el compartir experiencias han sido el mejor regalo recibido en estos dos meses en Ruanda. Ellas viven cada día el perdón y la reconciliación y son incluso un ejemplo para las Congregaciones autóctonas.
En los Colegios, las chicas internas son ejemplares, conviven distintas religiones y sectas, aprendiendo unas de otras, y esforzándose por vivir unidas. Ha sido una gozada la acogida y las ganas que tienen de aprender. Los bailes tradicionales, las largas oraciones y cantos son terapia de curación de sus heridas.
Tuve la suerte de encontrarme con hermanas jóvenes de África y Madagascar y sus formadoras en Kabuye venidas para un encuentro de formación, con el tema: “Religiosa joven de la Asunción, en diálogo con la realidad, construye tu identidad para una vida religiosa profética”. «Es una locura no ser lo que se es con la mayor plenitud posible» Sta. María Eugenia.
La representación de los diversos países manifestaba un rostro africano internacional, precioso. El colofón de este encuentro de formación fue la peregrinación al santuario de Kibeho, donde la Virgen se apareció varias veces a tres estudiantes con el nombre de “Madre del Verbo encarnado”. Gocé mucho participando con ellas en esta experiencia. Me resulta difícil describir lo vivido, no encuentro palabras adecuadas. He regresado fortalecida interiormente, he crecido en humanidad y en el cuidado del otro, descubriendo nuevas capacidades en mí. Os invito a vivir esta extraordinaria experiencia.
Agradezco a mi comunidad y a las dos Provincias de haber hecho posible esta experiencia inolvidable. En especial, gracias a Sr. Marthe Ntuyumwe, que me acompañó hasta el final, por su gran apertura y acogida y por el regalo de la presencia de Sr. Marthe Marie en su propia tierra. Murakoze cyne.
Adiós y hasta pronto
Sr Ana María Gallastegi, ra
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