Nuevas experiencias Asunción en la JMJ de Lisboa

“El pasado jueves 27 de junio comenzamos con nuestro peregrinaje de la JMJ.  Los tres primeros días tuvimos en Elche unos días pre-JMJ. Allí estuvimos de convivencia toda la familia Asunción que iba a Lisboa, no solo vivimos momentos de oración y turismo por Elche y Alicante, sino que también pudimos conocer más sobre las distintas realidades de las que veníamos cada uno, mostrando tradiciones y aspectos culturales de los diferentes lugares. Había una representación de más de 20 países en los que la Asunción está presente. Además,         aprendimos cosas muy interesantes sobre cada una de las ramas de la Asunción (Religiosas de la Asunción, Agustinos de la Asunción, Oblatas de la Asunción y Hermanitas de la Asunción), su origen, su relación con la familia Asunción y lo más importante qué es lo que hacen en su día a día para hacer de este mundo un lugar mejor.

El día 31 llegamos a Fátima por la mañana después de estar toda la noche de viaje en el autobús y allí pudimos vivir un adelanto de lo bonito que iba a ser la JMJ; miles de personas de  muchísimos países juntos celebrando la Eucaristía. En este momento me inundó de un sentimiento enorme de alegría que se repitió constantemente durante el tiempo en Lisboa. Visitamos el Santuario de Fátima, las dos basílicas son preciosas. Después de pasar la mañana en Fátima partimos hacia Lisboa, donde empezaría oficialmente la JMJ. Recogimos nuestras acreditaciones como peregrinos y nos instalamos en nuestro respectivo colegio para dormir.

El primer día por la mañana el grupo de españoles fuimos a La Ciudad de la Alegría que era un   recinto enorme cerca de la torre de Belén en el que había puestos de distintas congregaciones y grupos religiosos. En ellos explicaban a qué se dedicaban en su día a día.  En La Ciudad de la Alegría también había grupos de jóvenes cantando o gente que a través de charlas compartía su experiencia de fe.

Ese mismo día por la tarde fuimos a la Misa de apertura presidida por el cardenal D. ManuelClemente, cometimos el error de no ponernos cerca de una pantalla lo que provocó que nos costase más seguir la celebración.

Los siguientes tres días por la mañana fuimos a la iglesia de São João de Deus junto a nuestroscompañeros del grupo de México para los encuentros Rise Up. Estos encuentros consistían en unas catequesis impartidas por distintos Obispos sobre distintos temas: ecología integral, amistad social yMisericordia. La estructura era simple se presentaba el tema a tratar, se hacían unas preguntas para reflexionar sobre el tema en pequeños grupos, los grupos compartían lo que se había hablado y el Obispo según lo que se iba compartiendo creaba su conclusión final, incluyendo la idea con la que el Papa Francisco había propuesto estos temas. Estas catequesis finalizaban con una Eucaristía.

La catequesis que más me gustó fue la tercera. El Obispo hizo una exposición súper bonita sobre la Misericordia con analogías            sencillas de entender. Hubo también una parte práctica en la que todos los sacerdotes que estaban en la catequesis se pusieron a confesar a todos los que quisieron. Mientras tanto el Santísimo estaba expuesto. Que se juntasen estos dos momentos fue algo que no había vivido nunca y ¡meencantó!

Esos tres días por las tardes íbamos a las actividades del Festival de las Juventud. El miércoles día 2 estuvimos en el concierto de Hakuna y el viernes estuvimos en el parque “Cristonautas”.

Los dos eventos principales de los días 3 y 4 de agosto fueron la recepción  del Papa y el Viacrucis. El día de la recepción el Papa con su discurso nos recordó que todos hemos sido llamados por Dios y que somos llamados por nuestro propio nombre y esas palabras retumban en mi cabeza todos los días. ElViacrucis no fue como lo esperaba. Aun así, cada estación en una de las columnas del altar hizo que fuera            muy llamativo. ¡Ese día vimos al Papa a menos de dos metros a su paso con el Papamóvil!

El sábado 5 nos despertamos pronto para comenzar nuestro camino hacia el Campo de Graça,              para ello decidimos coger el tren. Ese día todo el mundo pensó lo mismo, así que tardamos una eternidad en poder subirnos. Cuando llegamos al campo donde iba a ser la Vigilia y la Misa de Envío, como éramos muchos en la parcela que nos correspondía tardamos mucho en encontrar un sitio donde colocarnos. Al final nos instalamos todos correctamente, tras ello hicimos una pequeña reunión el grupo de españoles para evaluar cómo había sido la experiencia de la JMJ. Todos estuvimos de acuerdo en que había sido unaexperiencia muy bonita y gratificante.

Volvimos a ver al Papa Francisco antes de la Vigilia, en la cual hubo muchos cánticos y una reflexión muy profunda por parte del Papa. Esto sirvió para introducir la Adoración al Santísimo más bonita que he vivido en mi vida. El Papa habló de que cada vez que uno se cae hay que levantarse y si alguien no puede hay que ayudarle, porque quedarse caído no sirve para nada.

Al día siguiente el padre Guilherme Peixoto nos despertó con música “tecno” a las 6:30h, para después de un rato con música anunciar que el Papa pasaría por todos los recintos antes de la Misa de          Envío. Esta última celebración cerraba oficialmente la JMJ y por ello fue la Eucaristía más emotiva de toda la Jornada. El Papa en su homilía animó a los jóvenes a que no tengamos miedo a cumplir nuestros sueños.

En conclusión, la JMJ ha sido la mejor experiencia de mi vida, una experiencia que sin duda repetiría y se la recomendaría a todos y cada uno de los jóvenes. La JMJ reafirma la fe porque            muchas veces en nuestro día a día parece que la religión no es para nosotros. Por eso, cuando ves a miles de jóvenes que creen igual que tú, de todas partes del mundo, esa sensación te hace sentir una alegría inexplicable.

 

Jaime Hernández Sagredo, antiguo alumno de Asunción Cuestablanca

 

JMJ familia Asunción: María se levantó y partió sin demora

“Hemos vivido una JMJ Asunción pues antes de ir a Lisboa pasamos unos días en Elche, como pre- JMJ y como Familia Asunción. Conviviendo unos cuantos días cuatro de las cinco familias que formamos la Asunción: Hermanitas, Oblatas, Agustinos y Religiosas de la Asunción. Ha sido todo un regalo. La peregrinación comenzó el 27 de julio, fuimos llegando de más de 20 países: México, El Congo, Filipinas, Lituania, Madagascar y España. Éramos 162 peregrinos los que nos encontramos allí. Fueron cuatro intensos días, de conocimiento personal, juegos, talleres, oraciones estilo Taizé, adoración del Santísimo y visitas culturales. Además de gozar de una gran riqueza en las celebraciones Eucarísticas; alegres y profundas. Habíamos estrechado los lazos Asunción, habíamos experimentando todo lo que nos une y lo que era diferente se volvía complementario.

 

Una noche entera de viaje en bus y llegamos a Fátima. La fe se palpaba en el silencio multitudinario de la Eucaristía. María nos esperaba y junto con ella nos pusimos en camino a Lisboa. Ya nuestro corazón estaba disponible para acoger todo lo que el Señor nos quería regalar. Después de recoger nuestro kit del peregrino, si habíamos gozado de la internacionalidad en Elche, Lisboa era explosión maravillosa de rostros, color y lenguas. Y todos, todos, unidos por Cristo en Iglesia aprendiendo de María, madre y discípula de Jesús.

 

Lisboa, ciudad pequeña, preciosa y acogedora ofrecía una variedad de actos y actividades atractivos y actuales para los jóvenes. En La Ciudad de la Alegría había muchos puestos de diferentes congregaciones, movimientos y Conferencias Episcopales; espacios abiertos y sacerdotes disponibles para poder celebrar el sacramento de la reconciliación. Parques habilitados para conciertos, mesas redondas, campos de fútbol para escuchar música católica y testimonios ecuménicos. Todo esto a la par que se celebraban las catequesis por idiomas.

 

Por fin llego el momento de la acogida del Papa, que no cesaba de insistir que, en la Iglesia, el cuerpo de Cristo, lo formamos todos. Lisboa era un hervidero de jóvenes alegres, no había fronteras, entre los peregrinos miradas de fraternidad, respeto y acogida. Tocó el momento de cargar con nuestras mochilas, fue un momento duro y a pleno sol llegar al lugar donde pasaríamos la noche acampados para celebrar la Vigilia y la Eucaristía final. Mereció la pena el dolor de los hombros y los apretujones.

 

Rezamos y el corazón se me iba llenando de la Buena Noticia de Jesucristo. Hay que caminar y que Jesús es el camino; él nos guía y acompaña. Ahora después de unos días de haber terminado esta experiencia es tiempo de volver a nuestras raíces y recordando el símil que nos dijo el papa Francisco: “somos como jugadores de un equipo de fútbol y hay que seguir entrenando, cuidando las relaciones fraternas para manifestar que Cristo es la cabeza y el motor de todos los que formamos la Iglesia, y que nadie está excluido porque todos, todos somos Hijos de Dios y Hermanos, unos de otros”.

 

Loli Ávalos, ra que fue la hermana que acompañó al grupo de jóvenes españoles