CAPÍTULO - ADVIENTO 2020

Original Inglés

Soeur Rekha Chennattu, RASupérieure Générale

Muy queridas hermanas y amigos/as:

Espero que os encontréis todos bien al recibir mi carta y así lo pido en mi oración. Desde que os envié mi último mensaje en agosto, han sucedido muchas cosas. Entre otras, que nuestras visitas virtuales continúan y me asombran las maravillas que Dios está obrando en nuestras provincias. Como está llegando el Adviento, es bueno que sintamos nuestra comunión en nuestro caminar juntos y esta es la razón por la que escribo esta carta.

Empiezo con una sencilla pregunta: ¿Cómo podemos vivir de manera significativa el tiempo de Adviento este año? La pandemia del Covid-19 ha introducido un nuevo ritmo de vida y nos ha enseñado que los cambios rápidos no sólo son posibles, sino que son parte integral de nuestro modo de vivir. El Adviento es el tiempo que introduce el nuevo año litúrgico. La palabra “adviento”, derivada del latín adventus, significa “venida” o “llegada”. En el adviento, se trata pues de esperar la venida de Jesús; es un tiempo de expectativa alegre y de preparación para la Navidad. Teológicamente, el tiempo de Adviento, nos recuerda la triple venida de Cristo: Su venida pasada, presente y futura. Primero celebramos Su venida al mundo hace dos mil años. En segundo lugar, damos gracias por Su venida continua a través de su Palabra, los Sacramentos y los acontecimientos de nuestra vida cotidiana. En tercer lugar, esperamos anhelantes Su segunda venida gloriosa al final de los tiempos. Estas tres venidas están implícitas al prepararnos cada año para la Navidad.

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