Publicación de la encíclica “Fratelli tutti”
El Papa cierra el mes de la tierra con la publicación de la encíclica “Fratelli tutti”
El papa Francisco hoy día 3 de octubre en Asís junto a la tumba de San Francisco ha firmado la encíclica Fratelli tutti, que mañana, día de la festividad del Santo, se hará pública. En su intención no entra “resumir la doctrina sobre la acción fraterna, sino detenerse en su dimensión universal, en su apertura a todos”. Desde sus preocupaciones permanentes relacionadas con la fraternidad y la amistad social, es especialmente inspirado por la sensibilidad de Francisco de Asís, el santo del amor fraterno, de la sencillez y de la alegría.
La inspiración en la que ambos se basan es que “Dios ha creado a todos los seres humanos iguales, en los deberes y en la dignidad y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos”. Esta encíclica, dice el Papa que es también fruto de su encuentro con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb. Ambos coinciden en que “nadie puede pelear la vida aisladamente. Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a ir hacia delante. Los sueños se construyen juntos. Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana.
Comienza dibujando las sombras de un mundo cerrado en el que ha habido una vuelta atrás de muchos caminos que parecían ya recorridos. Desde ahí se ve que el progreso no es algo lineal y acumulativo y, por tanto, el bien el amor, la justicia, la solidaridad, han de ser conquistados día a día. Ni siquiera las bellas palabras construyen esa sociedad de amigos y hermanos. Algo tan bello como” abrirse al mundo” se ha cooptado por la economía y las finanzas y se ha desvirtuado. La política se falsea cuando deja de ser un proyecto para todos; cuando se siembra desesperanza y se suscita la desconfianza; cuando se niega el derecho de los otros a existir y a opinar.
Pero incluso con esas sombras, el papa Francisco propone abrir caminos. “En la estrategia que enfrenta a todos contra todos se trata de cómo reconocer al vecino”.
“Cuidar el mundo que nos rodea es cuidarnos a todas y a todos, cuidar de la casa común” y “por ello necesitamos convertirnos en un” nosotros”. Francisco reconoce que las sombras son densas, pero manifiesta la certeza de que “Dios sigue derramando en la humanidad semillas de bien”. Por eso, el Papa en las siguientes paginas habla de caminos de esperanza, enraizada en lo profundo del ser humano.
Hay una clave en la que también insiste y que también Francisco de Asís cultivo y es que “hay que reconocer al forastero, al pobre, al excluido, al pensar y gestar un mundo abierto”. “Los derechos no tienen fronteras”. Hay que ir de lo local a lo universal y sentirnos “vecinos” en el mejor sentido de la palabra. Hace falta la mejor política mundial a partir de encontrar la “amistad social” más allá de fronteras, buscando el bien común.
Resalta la encíclica el valor del verdadero diálogo, de la construcción en común, del fundamento de los consensos. Tenemos que recuperar la cultura del encuentro, la “amabilidad”. El papa junto al Gran Imán pide a los artífices de la política internacional y de la economía mundial que se comprometan a favor de la tolerancia y de la paz, por que también en la política hay un lugar para “amar con ternura”. Es preciso evitar las guerras y encontrar caminos de reconciliación, sin olvido y sin impunidad, pero encontrando el sentido del perdón.
Las religiones tienen que unirse al servicio de la fraternidad en la búsqueda de un camino de paz.