Encuentro A pie descalzo, un bálsamo en tiempos de confinamiento
El mundo día a día nos sorprende… iniciamos el año con un incendios en Australia, luego con las noticias de una posible guerra mundial y ahora nos encontramos, en cada rincón del planeta, con mucha incertidumbre por un virus que lo paralizó todo y nos obligó a mantenernos en casa para estar a salvo. El confinamiento ha traído una serie de sentimientos y cuestionamientos, además de dolores y tristezas, generados por la partida de familia, de personas cercanas, pérdidas de trabajo, injusticias sociales y mucha inseguridad a miras del futuro.
Frente a todo lo que vamos viviendo y llevamos en el corazón, el encuentro con la comunidad de A Pie Descalzo, ha sido un bálsamo para este tiempo de tanta incertidumbre y pesares; de planes derrumbados, de inseguridad y desconcierto. Ha sido un espacio para confirmar que la Palabra y la luz nos une más allá de lo físico, que la comunidad cristiana nos sostiene, nos da fuerzas, reanima a seguir e invita a ser presencia de Jesucristo en dónde nos encontremos.
A nivel personal me permitió descubrir que, como María Magdalena, nos encontramos con el Señor pero, el apego a lo establecido, al cuerpo, a lo material, nos impide ver que resucita y está entre nosotros. Fue una llamada a salir a su encuentro y descubrir al Resucitado en los signos de vida que se manifiestan en lo pequeño, lo cotidiano, lo sencillo. Que estamos Confinados… y amenazados de resurrección, y necesitamos de su abrazo que da seguridad y nos invita a resucitar junto a Él.
Este encuentro me invitó a replantear mi mirada, a pasar de la queja, la desconfianza y autosuficiencia a sentirme más humana y vulnerable, a acompañar a todos aquellos que viven en dolor, a fiarme plenamente en Él que es gratuito con nosotros. No somos dueños del tiempo, solo Dios y en Él, nos sostenemos.
La fe y la paciencia van de la mano, por ello este tiempo es de mucha espera en la confianza en Quién todo lo ha hecho bueno. Gracias infinitas por este encuentro, por permitirnos profundizar en nuestra fe, caminar con otros y acompañarnos en este tiempo de búsquedas en proponernos a ser y obrar mejor.
Y para finalizar, quisiera compartir un canto de Ain Karem, “Hágase en mí”. Este canto condensa mi sentir a partir del Encuentro a Pie Descalzo, ser frágil y fortalecida con mi confianza plena en Él.
https://www.youtube.com/watch?v=sWQDQ4mTUR8
Karla Simisterra Macias