Retiro Asunción Juntos - febrero-marzo 2020

Es habitual que todos los años se proponga un tiempo de oración para favorecer el encuentro con el Señor, un tiempo de escucha y de diálogo con Dios, un tiempo para revisar también nuestra llamada y misión al servicio del Reino.

El último retiro ha tenido lugar el 29 feb-1 marzo en Olivos (Madrid). Se  reunieron alrededor de 30 personas para comenzar la Cuaresma volviendo la vista a Dios con el acompañamiento de Javier Cía, sj. El itinerario de oración proponía, inicialmente, el desierto como lugar privilegiado para el encuentro con la Palabra, para dejarse seducir y renovar el amor de juventud, para hacer examen de las cosas que hemos podido perder con Dios y con los demás (Os 2, 16-25).

Reconocer el paso de Dios por la vida de cada uno es, sin duda, una gracia. La relación con él lleva a expresarle nuestro deseo de verle más. Como la cierva busca el agua, así nosotros tenemos sed de Dios (salmo 42). Como la samaritana pide “de ese agua” para no tener más sed, así nosotros buscamos el encuentro con Dios que satisfaga toda nuestra vida (Jn 4,15).

Y sabemos que los encuentros con Jesús no son fortuitos ni baldíos. Él lleva al monte a Pedro, Santiago y Juan para transfigurarse ante ellos (Mt 17,1-9). Él nos busca a cada uno de nosotros para incluirnos en su círculo de amigos íntimos.  En el encuentro amoroso con el Señor reconocemos que él nos busca, que tiene sed de nosotros.

Ha sido tiempo para revisar nuestra misión como colaboradores de Dios. Jesús no llama a quedarse parado en el monte, sino a seguir caminando. “¿Cuántos panes tenéis?”, pregunta Jesús a sus discípulos ante la muchedumbre que le acompaña que no tiene nada para comer (Mc 8, 1-10). Cuántos dones, cuántas capacidades, cuántas posibilidades…, nos pregunta hoy a nosotros, para compartir y saciar a nuestro mundo. Cuando los panes, los dones, se ponen en manos de Dios, el hambre se sacia, la vida se facilita, el mundo se transforma.